A ver que trato le dan a este chorizo, pues ya esta bien que solo apliquen la ley los demas.
¿Y si el interfecto/s amenaza (amenazó) con cantar El Rey Lear? ¿Ehin? ¿Ehin?
Espero que traten a Urdangarín como a cualquier español de a pie. Mejor dicho, que sean inflexibles con él, porque debería dar ejemplo.
Siempre me pareció un estirado.
"cuando lo mandaron a EEUU si no el encuentro entre el Rey" no es ortográficamente correcto "cuando lo mandaron a EEUU SINO el encuentro entre el Rey".
Yo ya expresé mi opinión hace unos días: Me da la impresión de saber en lo que estamos. Una teoría sólo, por supuesto.
Una situación parecida al 23F. Entonces se nos vendió que la decidida actuación del Rey había salvado a la democracia, dejando su imagen fortalecida para un montón de años, y a Milans del Bosch, Armada y Tejero les colgaron (merecidamente) el muerto, pasando a ser los únicos villanos de la película. Ahora se nos venderá la imagen de que el Príncipe, adalid de la democracia, fuerte y contumaz defensor de la ética institucional de la corona ha sido el muñidor y ejecutor de una decisión ejemplar y dolorosa pero necesaria para los intereses de España. Por tanto, sacrificado y digno merecedor de ocupar el cargo que una oportuna próxima abdicación del Rey (por motivos de salud, claro) le dejaría en bandeja. Urdangarín cargará (muy merecidamente) con el papel de villano, el Rey se apartaría consternado, y a cambio ya nadie hurgará más en el asunto ni querrá saber nada de sus actuaciones políticas y económicas anteriores, y el Príncipe queda reivindicado y reforzado para otro montón de años. Los políticos del régimen (de todos los partidos) colaboran en tan loable acto de salvación de España (que sin monarquía caería en la una debacle de autodestrucción), del que obtendrán el provecho pertinente, y todos tan contentos.
Nadie se preguntará cómo una persona de más de cuarenta años tan altamente preparado desde la cuna para tomar las riendas de un estado ha tardado tantos años en enterarse de los tejemanejes de su propio cuñado y cómo se sorprende ahora de las cantidades percibidas sin haberse sorprendido antes del tren de vida y del patrimonio acumulado en este tiempo.
Como siempre el refranero es explícito: "a rey muerto, rey puesto". Seguiremos siendo súbditos: ¡Viva el Rey!.