Domingo Fernández Veiguela, presidente de CSIF, relató que la mayoría de su sindicato acordó no sumarse al paro y hoy por hoy, "no existe relación" con UGT y CCOO, una situación que se remonta a la huelga de funcionarios. Para CSIF, la huelga general, una "medida tan drástica" y "tan dura", no está justificada.
Para Veiguela, la convocatoria "llega muy tarde", cuando ya "tenemos cuatro millones de parados" y buscando un pretexto, la reforma laboral, que "no es para tanto". "No es la que va a resolver los problemas que tenemos, hace falta un cambio estructural grande", demandó. También se refirió a los mensajes "muy confusos" lanzados desde los convocantes. "No entendemos muy bien contra quién va esto: el Gobierno, la reforma laboral, la oposición...", dijo.
El presidente de CSIF apuntó que existe el problema del déficit público, pero recordó que los políticos "no han reparado en gastos" en estos años, por lo que demandó que los recortes vengan de otro sitio. También se refirió a los liberados sindicales y las intenciones de Esperanza Aguirre de reducirlos. Veiguela, que demandó no "demonizar" a todos porque es "una figura necesaria", aportó el dato de que en Madrid su número es diez veces mayor que en otras comunidades. Culpó a Gallardón, que posibilitó que se nombrara a "cinco veces más delegados" que tenían, a su vez, "el doble de horas" liberadas, con lo que el número de liberados se libraba. Su sindicato, insistió, defiende "criterios homogéneos" en toda España.
Por último, el presidente de CSIF se refirió al "derecho a trabajar" en jornada de huelga. Vaticinó que si el seguimiento de esta huelga es mayor que la de los funcionarios, "será porque no puedan ir a trabajar". Lamentó que hayan impuesto "servicios máximos" en vez de mínimos y apuntó la obviedad de que el derecho al trabajo es el mismo que el derecho de huelga el 29-S. La huelga, concluyó, vendrá muy bien a los sindicatos UGT y CCOO y al Gobierno, que logrará "credibilidad" en los "tribunales económicos internacionales".