Vicente del Bosque ha dicho, en declaraciones al programa Es Libre y Directo en esRadio, que la selección española ha asimilado con naturalidad el éxito logrado el pasado domingo con la conquista de la Eurocopa, tras la abultada victoria en la final contra Italia (4-0), y ya piensa en los próximos retos, como los Juegos Olímpicos de Londres, la Copa Confederaciones el próximo año y el Mundial de Brasil 2014.
Para este último torneo, recuerda Del Bosque, España se clasificará "sólo si hace las cosas bien". El principal rival en esa fase de clasificación es Francia, a la que la selección ya ganó en cuartos de final de la Eurocopa, aunque el técnico salmantino pide "no subestimar a los otros equipos" (Bielorrusia, Georgia y Finlandia, dentro del grupo I). "Vamos a jugar en condiciones difíciles como el clima o el terreno de juego, y a lo mejor nos toca sufrir. No hay que hacer de menos a los demás", advierte.
En cuanto a la Eurocopa, Del Bosque admite que hubo momentos "difíciles" como el partido del debut ante Italia, en el que "empezamos perdiendo"; el choque de la tercera jornada de la fase de grupos frente a Croacia, que se puso muy cuesta arriba hasta el gol de Jesús Navas en el minuto 87; y, sobre todo, la semifinal contra Portugal, que tuvieron que resolverse en una tanda de penaltis marcada por el lanzamiento a lo Panenka de Sergio Ramos. "Para ellos (los portugueses) fue un palo quedarse fuera. También hemos tenido esa pizca de suerte que se necesita en los torneos, claro está", señala.
Uno de los temas de actualidad en la selección española es la posible concesión del Balón de Oro a Iker Casillas. Dice Vicente del Bosque al respecto que el capitán "tiene una carrera impresionante en cuanto a títulos y en cuanto a comportamiento, tanto en el terreno de juego como fuera de él, y ésos son valores que se debían valorar en este tipo de trofeos". "Pero más allá del premio que le puedan dar a cada uno, lo importante es el reconocimiento de todo el mundo a la calidad deportiva y humana del futbolista", asegura.
Al técnico se le preguntaba también por su ausencia en los actos finales de la fiesta del pasado lunes en la plaza de Cibeles, cuando los jugadores se subieron al escenario para brindar el título a la afición, con Pepe Reina una vez más como protagonista. El seleccionador desvelaba cómo lo vivió: "Estuve dentro del Ayuntamiento con mi hijo (Álvaro), que es diabético y tenía que irse para casa. Era imposible coger un taxi, así que la gente de seguridad lo llevó a mi domicilio".
En cualquier caso, Del Bosque prefiere mantenerse al margen de las cámaras y los focos en las celebraciones porque "los protagonistas tienen que ser los jugadores". "Las cosas que se logran con tanto esfuerzo hay que celebrarlas, y más compartirlo con la afición", añade el seleccionador, que también elogia la actitud del equipo italiano en la final porque, según dice, supo ser "elegante en la derrota". "Fue una final en la que no hubo patadas ni malos modos. Todos la vivimos con deportividad", afirma.