Iñaki Tejada se muestra desolado por la muerte de Manolo Preciado, una noticia que ha conocido en Marruecos, donde pasa unos días de vacaciones. "Me he enterado en Marrakech. El miércoles por la mañana estaba pendiente del fichaje de Manolo y de Gerardo (Ruiz, el preparador físico) por el Villarreal, del que me enteré por el teletexto. Y ahora veo que me insisten en el teléfono. Pensé que había pasado algo, y me acabo enterando de su muerte. Es un duro golpe. No me lo podía creer".
Tejada, que ocupó el cargo de entrenador del primer equipo del Sporting, tras la destitución de Preciado y antes de la llegada de Javier Clemente, relata a los micrófonos de esRadio cómo era el preparador de El Astillero tanto dentro como fuera del vestuario. "Era siempre igual, no era un personaje, sino que era siempre igual... Un hombre que vivía el momento y no perdía ni un minuto con tonterías. Era incisivo, a Manolo lo conoce la gente por las ruedas de prensa que daba, en las que decía lo que pensaba".
El técnico vasco se queda con la "vitalidad" de Manolo y con "lo que transmitía". "Era una persona de fútbol en el buen sentido de la palabra (...) Siempre decía que quedan los vivos. Una de las cosas que decía era que tenía que pelear por la gente que merecía la pena, como su madre, su hijo Manuel o su mujer, Arancha. Decía siempre que había que tirar para adelante".